La equitación supone un deporte de riesgo y es fundamental que para su práctica contemos con el mayor grado de seguridad posible.
La desgracia más probable es caerse del caballo. Los jinetes también suelen colisionar con objetos fijos, suelen ser arrastrados por el suelo con el pie cogido en el estribo, caer quedando atrapado entre el caballo y el suelo, o pueden ser pisados por el caballo, recibir una coz, e incluso ser mordidos.
Las principales causas de muerte suelen ser las lesiones en la cabeza, por lo cual el casco protector se hace imprescindible.