La postura del cuerpo es esencial para desplazarse por la montaña

Para evitar fatigas innecesarias durante nuestro recorrido a pie, es recomendable tratar de que el peso del cuerpo (siempre erguido) recaiga sobre los pies, e iniciar la marcha lenta pero progresivamente, de modo que los músculos se vayan calentando a medida que avanzamos.
Para subir una montaña se emplea el sistema de zigzag, realizando la subida en forma de "s".
En las subidas, mantener el cuerpo siempre recto, flexionando ligeramente el busto hacia delante, con  los pies allanando el camino.
En los descensos, flexionar hacia delante el cuerpo, manteniendo el torso recto, mirando siempre de frente, apoyando los pies en el suelo por las puntas y con las rodillas ligeramente dobladas, de modo que el peso recaiga sobre los pies.
Tener las manos siempre libres para poder utilizarlas en caso de caídas.

Tipos de paracaidismo

Existen dos modalidades básicas en el paracaidismo: con el paracaídas cerrado (caída libre) y con el paracaídas abierto.

 La más practicada es la caída libre y con mayor frecuencia las alineaciones en el aire con varios saltadores que hacen figuras, lo que se conoce como trabajo relativo, porque se sube o baja pero sólo con respecto a otro participante; también se encuentran el estilo y vuelo libre, además del skysurfing.

El primer salto tándem: cómo practicarlo por primera vez

¿Quieres experimentar este deporte de riesgo pero no sabes por dónde empezar?  Para nuestro primer salto en paracaídas lo más aconsejable y seguro será hacerlo en lo que se conoce como “tándem”. Sigue las siguientes recomendaciones:

1. Reserva el día y la hora para realizar el salto, llamando la empresa de este tipo más cercana.

2. Una vez en el aeródromo formalizas la inscripción y eliges la opción que deseas. Puedes pedir que graben en vídeo toda la secuencia de tu salto (desde que te equipas en tierra hasta las impresiones posteriores al mismo) y que te hagan fotos.

3. Los monitores te darán una formación previa de 15 minutos donde se te explicará en qué consiste el salto Tándem y y te darán consejos para aprovechar mejor la experiencia.


4. Se te equipa con un mono de salto, arnés, casco, gafas y guantes. Debes llevar ropa cómoda y calzado deportivo. Trata de evitar el uso de accesorios o complementos que pudieran caerse, como anillos, collares, pendientes o pulseras.

Si vas a saltar por la mañana, desayuna alimentos de fácil digestión. Por supuesto, no ingieras ningún tipo de bebida alcohólica al menos 24 horas antes de tu salto.

5. Se sube al avión y se asciende durante 15 minutos hasta alcanzar los 4.000 metros, la altura del salto.

6. Saltas unido a un instructor, sin más responsabilidad que la de disfrutar del salto.

7.  El instructor irá equipado con dos paracaídas: el principal y otro de reserva, y será quien controle con total seguridad el paracaídas hasta el aterrizaje.

8. A los 1.500 metros el instructor abre el paracaídas, y así voláis entre 6 y 10 minutos hasta un suave aterrizaje.

La seguridad en este tipo de saltos es extrema. Todos los equipos están equipados con doble paracaídas y sistemas de seguridad cronobarométrico : un pequeño ordenador que abre el paracaídas de forma automática cuando se alcanza la altura de seguridad. Este sistema garantiza 100% la apertura.

¿Quién no puede realizar un salto tándem?

La edad mínima para saltar es 16 años. Si tienes menos de 18 años deberás tener el consentimiento parental por escrito.

Es necesario:

• No padecer cardiopatías graves, diabetes, hepatitis, epilepsia, problemas pulmonares, o anomalías del sistema respiratorio, trastornos en la columna vertebral, trastornos mentales.
• No exceder 100 kg de peso y no pesar menos de 30 kgs. 
• No medir más de 2 metros de altura.
• Advertir minusvalías físicas (no impiden el salto pero sí puede condicionarlo). 

Si alguna vez has sufrido alguna de las siguientes condiciones médicas debes consultar a tu médico antes de hacer el salto:

Bronquitis crónica, asma severa, fiebre reumática, enfermedades de hígado, riñones o pulmones, desórdenes de tiroides, enfermedades de los huesos o de las articulaciones, desórdenes sanguíneos, anemia severa, enfermedades crónicas de los oídos o sinusitis y cualquier otra patología que requiera el uso regular de medicación.