Travesía en mar: Son largos y con proas muy cortantes y hacia arriba, para que deslicen rápido y en cualquier condición habitual en el mar como olas, viento, corrientes etc. Están pensados para realizar recorridos medios-largos en el mar, incluso en mar abierto. Por supuesto, también funcionan muy bien en aguas tranquilas interiores.
Aguas bravas: el extremo opuesto a los de travesía en mar. Estos diseños están ideados para navegar y evolucionar en rápidos, es decir, un medio en continuo movimiento y con obstáculos a sortear. Por eso son cortos y con el casco arqueado, para que sean muy maniobrables. También son estables, sumamente duros y reforzados para que aguanten los golpes de las rocas y las presiones del agua. También los hay con el casco muy plano y cantos vivos, formas que facilitan la realización de figuras acrobáticas en un movimiento de agua, la nueva modalidad denominada “rodeo”. Las piraguas de aguas bravas también son indicadas para la práctica del kayak-surf en la playa.